celebremos al cuidar lo que tenemos!

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Consumo responsable y ahorro en la factura de la luz

La sociedad de bienestar en la que vivimos nos ha permitido adquirir una serie de comodidades y lujos a los que pocos estaríamos dispuestos a renunciar. Sin embargo, en esta ardua y dilatada conquista por el bienestar, parece que nos hemos olvidado de algo importante: varios informes científicos recientes revelan que el mundo se está calentando aún más deprisa de lo que se preveía hace unos años.
En España, por ejemplo, el consumo energético se ha duplicado en los últimos 25 años, convirtiéndose en el principal causante del aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Nada menos que un 25% más de lo permitido por el Protocolo de Kioto. Sin embargo, hay un factor importante respecto al consumo energético que solemos ignorar: la luz. Y es que es necesario saber que se puede conseguir el mismo nivel de confort consumiendo menos energía o haciéndolo de una manera eficiente. No sólo permitirá disminuir el impacto medioambiental sino también la factura de la luz.

La luz forma parte imprescindible de nuestras vidas, por lo que es una de las necesidades energéticas más importantes del hogar, representando alrededor de la quinta parte de la energía consumida en la vivienda. Para conseguir una buena y adecuada iluminación hay que analizar las necesidades lumínicas en cada una de las partes de la vivienda y las características esenciales de ésta. Influye considerablemente su ubicación, organización, y no todos los espacios requieren la misma intensidad, durante el mismo tiempo, ni la misma iluminación.

Es indispensable aclarar la extendida idea, pero equivocada, de asociar la luz que proporciona una bombilla con la cantidad de electricidad necesaria para producirla. Es decir, hablamos de una bombilla de 60 o 100 vatios (W) como sinónimos de bombillas que producen dicha luminosidad; sin embargo, el vatio es una unidad de potencia y la luz tiene, asimismo, su propia unidad de medida, el lumen.

Además de las emisiones de gases de efecto invernadero, con la subida de las tarifas eléctricas, nuestro bolsillo también agradecerá que tomemos conciencia de los efectos negativos que produce tener encendida innecesariamente una bombilla. Estamos ante la ocasión idónea para aprender a evitar gastos innecesarios. Para ello, es fundamental conocer los diferentes tipos de bombillas existentes y su eficacia a la hora de iluminar nuestros hogares.

¿Qué bombillas existen y cuáles son las más apropiadas?

Lámparas incandescentes: 
son las de mayor consumo eléctrico, las más baratas y las de menor duración, unas 1.000 horas de vida útil. En ellas, la luz se produce por el paso de corriente eléctrica a través de un filamento metálico que tiene gran resistencia, convirtiendo en iluminación sólo el 5% de la energía consumida, por lo que su eficiencia es muy baja.

Lámparas halógenas: 
tienen el mismo fundamento que las anteriores pero el vidrio es sustituido por un compuesto de cuarzo y el filamento y los gases se encuentran en equilibrio químico, consiguiendo aumentar así el rendimiento del filamento y aumentando su vida útil. Éstas se caracterizan por la calidad especial de su luz y por su mayor duración.

Algunas de estas lámparas necesitan un transformador; los eléctricos disminuyen la pérdida de energía con respecto a los convencionales y el consumo final de la electricidad puede ser un 30% inferior al de las bombillas convencionales.

Tubos fluorescentes: 
éstos se basan en la emisión de luz que algunos gases, como el flúor, producen al paso de una corriente eléctrica, resultando mucho mayor la eficacia luminosa que en el lugar de la incandescencia, ya que se produce menos calentamiento y la energía es destinada en mayor proporción a la obtención de la luz. Aunque son más caros que las bombillas tradicionales, consumen hasta un 80% menos de electricidad y su duración es entre 8 y 10 veces superior. Dentro de este tipo, podemos encontrar el tubo trifósforo o multifósforo que, consumiendo la misma electricidad, produce entre un 15 y un 20% más de iluminación.

Lámparas de bajo consumo: 
estos pequeños tubos fluorescentes se han ido adaptando a los tamaños, formas y soportes de las bombillas incandescentes, por lo que también son conocidas como “compactas”. Duran ocho veces más que las bombillas tradicionales, proporcionando la misma luz y consumiendo menos energía, por lo que su uso es totalmente recomendado, excepto en los lugares donde el encendido y el apagado de las luces sean constantes, ya que ven reducida su vida útil por estas actuaciones; siendo mejor para estas ubicaciones la colocación de lámparas de tipo electrónico. Estas lámparas compactas son también más caras que las incandescentes, sin embargo, amortizamos el desembolso antes de finalizar su vida útil: duran entre 8.000 y 10.000 horas.

12 consejos para reducir tu factura de la luz

1- Aprovecha la luz solar
, siempre que sea posible, levantando las persianas antes de encender la luz. Hay colegios y oficinas que tienen encendidas las luces innecesariamente, incluso por la mañana. Si tu centro de trabajo actúa así, coméntalo con el responsable.

2- Los colores claros en paredes y techos aprovecharán mejor la luz natural, reduciendo la artificial.

3- Apaga las luces en las habitaciones que no estés utilizando. En escaleras y garajes se pueden instalar detectores de presencia, que se encenderán exclusivamente cuando haya alguien.

4- Reduce al mínimo la iluminación ornamental en exteriores, utilizando una unidad de célula fotoeléctrica o un detector de movimiento, que sólo se encienden durante la noche o cuando haya alguien presente.

5- En el exterior puedes utilizar también luces alimentadas por pequeños módulos fotovoltaicos, que convierten la luz solar en electricidad.

6- Mantener limpias las lámparas y pantallas ayudará a aumentar la luminosidad sin aumentar la potencia.

7- Sustituir las lámparas incandescentes por las de bajo consumo, hará que ahorremos hasta un 80% de energía y durarán ocho veces más.

8- Utiliza lámparas electrónicas, que duran más y consumen menos que las tradicionales.

9- Adapta la iluminación a tus necesidades y a las de tu hogar: da preferencia a la iluminación localizada.

10. Para ahorrar energía, puedes instalar reguladores de intensidad luminosa de tipo electrónico.

11- Utiliza tubos fluorescentes donde necesites luz durante muchas horas.

12- Es aconsejable evitar el repetido encendido y apagado de las lámparas fluorescentes, ya que consumen más durante el encendido.

Fuentes: Guía práctica de la energía del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
Partiendo desde estos lugares se puede determinar como la contaminacion se ha expandido a traves del globo terraqueo.

fuente:www.abc.com.py
les doy la grata Bienvenida a mi pequeño espacio en la red, donde tratare temas sobre la contaminacion ambiental que afecta nuestro mas preciado tesoro, nuestro hogar, EL PLANETA TIERRA.
                                    

                      fuente de informacion: http://www7.uc.cl/sw_educ/contam/frpoblac.htm